Capitulo 6: De los estados de gracia
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Capitulo 6: De los estados de gracia
ANGEDINDIGO Dim 22 Fév - 17:53
11 de enero de 2006.
De los estados de gracia
¡Persuadidos que están ustedes de encontrar la felicidad y la alegría en su alrededor !
¿Con cuales modos van a darse esta felicidad tanta buscada?
Con viajes, con distracciones más y más ansiosas de sensaciones, con todas formas de dependencias, ¿con estos convenios entre ustedes como si fueran hechos para darse lo que nunca tuvieron ? Les pido de quedarse con mis palabras, y de encontrar en ustedes aquellas respuestas que serán, ya lo sé sinceras y justas.
¿Y con qué derecho, me van a decir ustedes, llevarlos a cambiar sus hábitos tan duramente aferrados ?
¿Por qué razón cambiar este mundo que tanto los conviene ?
No he venido a cambiar su mundo, sólamente hacerlos tomar consiencia que lo que cree definitivo y seguro, puede en cada momento estar puesto en duda.
¡Piensen un instante que de repente, TODO lo que los alega esta felicidad tan preciosa, suceda que se venga abajo, o se desvanece si prefiere !
Imaginen su mundo sin felicidad, sin llegadas de alegría, de distracción, y de afecto tampoco.
¿Qué se los va a quedar ?
«¡Viudez, nada para nada !»
Estos son la mayoría del tiempo las respuestas que encuentran, despojados ante
De los estados de gracia
¡Persuadidos que están ustedes de encontrar la felicidad y la alegría en su alrededor !
¿Con cuales modos van a darse esta felicidad tanta buscada?
Con viajes, con distracciones más y más ansiosas de sensaciones, con todas formas de dependencias, ¿con estos convenios entre ustedes como si fueran hechos para darse lo que nunca tuvieron ? Les pido de quedarse con mis palabras, y de encontrar en ustedes aquellas respuestas que serán, ya lo sé sinceras y justas.
¿Y con qué derecho, me van a decir ustedes, llevarlos a cambiar sus hábitos tan duramente aferrados ?
¿Por qué razón cambiar este mundo que tanto los conviene ?
No he venido a cambiar su mundo, sólamente hacerlos tomar consiencia que lo que cree definitivo y seguro, puede en cada momento estar puesto en duda.
¡Piensen un instante que de repente, TODO lo que los alega esta felicidad tan preciosa, suceda que se venga abajo, o se desvanece si prefiere !
Imaginen su mundo sin felicidad, sin llegadas de alegría, de distracción, y de afecto tampoco.
¿Qué se los va a quedar ?
«¡Viudez, nada para nada !»
Estos son la mayoría del tiempo las respuestas que encuentran, despojados ante
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